
SOBRE UNA ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. : "LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA".

Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo
ENTREVISTA:
“La Filosofía como teoría erótica. Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca PhD".
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“LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA; 
Entrevista a Adolfo  Vásquez Rocca PH.D."        - En 'ALCANCES' Vol.I, Nº 1, año 2010 – REVISTA DE  FILOSOFÍA –  de    la    Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNIVERSIDAD  DE   CHILE.
http://www.alcances.cl/ver-art iculo.php?id=81 
 

Ver: Entrevista al Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca
  


Adolfo Vásquez Rocca Congreso de Filosofía


La noción de crítica.

Si        quisiéramos explorar la escena  académica e intelectual de Chile      –en    más de uno de los Campus de las  Facultades de Artes y     Humanidades o    alguna Escuela de Arquitectura–  probablemente     encontraríamos al    Profesor Dr. Adolfo Vásquez Rocca.  Calmado,     reflexivo, conversando con    algún colega sobre los alcances del      pensamiento de Sloterdijk en el    ámbito de la Estética para la      comprensión del atmoterrismo y el mundo    interior del Capital. El       profesor Vásquez Rocca –sin duda– una  persona   adelantada como      investigador y una figura pública descollante  aparece   como un      intelectual atípico que ha logrado configurar una  obra   consistente     que  entrecruza texto e imagen para la comprensión de    autores tan     relevantes  para la Filosofía contemporánea como el – ya    mencionado –     Peter  Sloterdijk, o  Jean–Luc  Nancy, Baudrillard, o    Richard    Rorty,  todos  Filósofos estéticos y escritores brillantes, que       dominan el  currículum  de los estudios de Artes y Humanidades.
Pero,        según se constata fácilmente, en nuestro país las Artes no gozan     de    un  lugar central o capital en la administración del saber y en   la       enseñanza de las Humanidades.  En las Casas de Estudios    Superiores, en      efecto, no estamos acostumbrados a ver surgir    frecuentemente figuras    con   las características del Profesor Dr.    Adolfo Vásquez Rocca. Es  así   que,   en un país que nunca ha declarado    abiertamente su amor por  la    sabiduría,  ha logrado destacar como    una figura pública por sus  ensayos    sobre  filosofía y estética    contemporánea. Gracias a ello se  presenta    dentro de  la reducida    escena filosófica nacional como un  intelectual    ingenioso y     perspicaz: un intelectual que en la  trastienda de la  escena      filosófica  nacional practica a algo así como  una “vanguardia       filosófica” difícil de  clasificar dentro de las  esquemáticas aéreas       tradicionales de la  filosofía.
 
Adolfo Vásquez Rocca - Universidad Andrés Bello UNAB
Conocido también internacionalmente por sus investigaciones, el Profesor Dr. Adolfo Vásquez Rocca, reside en Valparaíso donde ha desarrollado una fecunda actividad académica en el Postgrado en Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Asimismo destaca por su labor como investigador y profesor en la Universidad Andrés Bello (UNAB) en las sedes de Santiago y Viña del Mar. Universidad en la que también despliega su labor como investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados de dicha casa de Estudios Superiores. Es precisamente esta vocación investigadora, así como el diálogo con sus estudiantes la que ha posibilitado su prolífica producción intelectual[1].
Doctor        en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de    Valparaíso,      Adolfo Vásquez Rocca ha realizado estudios de Postgrado   en  la      Universidad Complutense de Madrid, donde también ha   desarrollado una       intensa labor post-doctoral asociado al Grupo   Theoria[2].         Ello en continuidad con su formación en el reconocido   Departamento    de    Filosofía IV “Teoría del Conocimiento e Historia   del  Pensamiento”   de  la   destacada Universidad Ibérica. Allí traba    amistad con los que    habrían  de  ser sus mentores y compañeros de    ruta, Fernando Savater,    José Luis   Pardo[3] y Jacobo Muñoz Veiga[4].          Profesores, todos ellos, con los que ha mantenido contacto  hasta       ahora  y forman parte del Consejo Editorial de la Revista     Observaciones     Filosóficas, de la cual el Profesor Dr. Adolfo  Vásquez    Rocca es su     Director[5].
Se        identifica como “un outsider” de la filosofía. Todo un acierto,     pues,     desde la periferia, desde los bordes de las áreas temáticas         tradicionales de la filosofía, el Profesor Dr. Vásquez Rocca  escribe        acerca de muchos motivos que suscitan su reflexión. En  sus    manuscritos     combina los elementos más diversos que muchas  veces    impiden al lector     identificar su domicilio filosófico. En  ellos    dialogan literatos de     difícil clasificación como Georges  Perèc y    William Burroughs;  filósofos    contemporáneos como  Heidegger,    Benjamín; y destacados  artistas como    Joseph Beuys,  Pina Bausch, John    Cage, entre otros. Y  aunque es conocido     especialmente por la    paternidad de divulgación que  ejerce sobre el     pensamiento de    Sloterdijk[6],         lo cierto es que no se considera un especialista, sino como un      amante    de las posibilidades reflexivas que ofrece la filosofía       contemporánea.   Así, pues, a su interés por Sloterdijk, suma  atractivas      investigaciones   sobre Baudrillard, Jean-Luc Nancy y  Rorty.
Con      este derrotero  forjado en las áridas tierras de  la filosofía       académica, daría la  impresión de que se expresará  con seriedad y       complejidad acerca de las  cuestiones que le  perturban y que le       apasionan. Sin embargo, a medida  que se  desarrolla el diálogo, lo       descubrimos como un hombre sociable y   cordial. Mucho más asequible de      lo  que se supondría, abierto a   conversar sobre la filosofía, el   nivel    de  la Investigación  filosófica  en Chile y de su relación con   el    pensamiento  de  Sloterdijk.
Entrevistarlo  no ha sido   sencillo,    innumerables  e-mail han dado curso a  una   alambicada,   lúcida y  poética    conversación. El material es  abundante, y  la   edición  compleja, pero    aquí está el resultado.

Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo
I. LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA
MARCO CHÁVEZ JARA: ¿Cómo surgió su interés por los estudios filosóficos? ¿Fue de inmediato o progresivamente?
ADOLFO        VÁSQUEZ ROCCA: Espontánea y progresivamente, como la mayoría de     las     personas que nos dedicamos a la filosofía. Uno entra a  estudiar        Filosofía por motivos diversos, generalmente anecdóticos  y que  nada       tienen que ver con la filosofía misma. Pero, creo que  la  mayor  parte de      las personas que estudiamos filosofía lo  hacemos  movida  por el sano y      atendible interés de obtener alguna  respuesta  a  nuestras preguntas      fundamentales.
MCJ: ¿Cómo, y cuales son, en su opinión, esas preguntas fundamentales  que suscitan el interés filosófico?
AVR:        Pues, esas preguntas suelen tener una carga emocional importante       como   ya lo he mencionado. La mayor parte de nosotros las   compartimos:      aluden  a la muerte, al sentido de la vida, a nuestra   posición en  el     mundo y  nuestro legado al partir, ya que sólo la   memoria nos     sobrevivirá  y  algún día seremos leyenda. Después, poco   a poco uno     intuye que la   filosofía aúna saberes y disciplinas  tan  diversas como     el arte, la   ciencia, la política, etc., y que a   partir de ella se     pueden abordar   dichas preguntas, y haciendo   esto, desarrollar un     estilo de pensamiento   crítico y agudo.
MCJ:   Y también define     intereses filosóficos  particulares. En su caso,    ¿cuáles fueron sus     intereses o temas  filosóficos por los cuales  se   interesó?
AVR:     En primer término,  casi siempre me ha   resultado difícil establecer     una  demarcación entre  los que son   temas filosóficos y los que no.  En   ese   sentido soy un  outsider.   Creo que la filosofía no tiene un  objeto     formal propio, esto  es,   una materia o un cuerpo de  contenidos del   cual   específicamente    trate. Mi opinión es que  cualquier objeto puede    revestir  un interés    filosófico, una  performance artística, una    demostración    matemática, el  urbanismo,  una construcción    arquitectónica, un   diseño de  moda, el  teatro, la  ética kantiana, la    metafórica de las   Esferas, el  hombre como  pastor  del Ser, el    capitalismo cárnico   contemporáneo, etc.
MCJ: Probablemente, la filosofía haya sido siempre un disciplina outsider. Pero ¿por qué piensa esto?
AVR:        Por que así como creo que la filosofía aúna saberes y disciplinas       tan   diversas como el arte, la ciencia, la política, también  pienso   que    la   filosofía permite cruces interdisciplinarios   originalísimos,  sin      encasillarnos en un sola área del saber. Al   abordar un tema me   gusta     realizar los cruces interdisciplinarios y   creo que leer más  de  un  Libro a    la vez, y de distinto género,   permite poner las cosas  en   perspectiva.    Pero en Filosofía me   resisto a admitir la  existencia  de  un campo    particular de   “especialización”; tal como,  por ejemplo,  lo  delimita la      “Filosofía analítica del lenguaje”, que  en su  vertiente    norteamericana y    anglosajona se hace llamar  “Filosofía    profesional”.
MCJ:Es    fascinante la experiencia de  descubrir   la  variedad de temas     fundamentales que pueden ser  abordados desde   los  estudios filosóficos. Y     quizás sea éste un  aspecto de la   filosofía  que seduce por que  produce    el sentimiento  de que por   medio de ella  se puede saber  finalmente qué  o   cómo son  realmente   una multitud de  cosas. De acuerdo  a su  experiencia   ¿Cómo  cree que   seduce la  filosofía a sus amantes y  amigos?
AVR:   La    filosofía nos abre  puertas al arte mediante la  Estética, a la       Ciencia a través de la  Epistemología, incluso puede  elaborar nuevos       enfoques y relaciones,  tales como el giro estético de  la    epistemología, o    la biología del  conocimiento. También puede     abrirse a discusiones    éticas y valóricas  contingentes, discutiendo    si  existe una    fundamentación ética  objetiva para las posiciones  más    rigoristas o    conservadoras, o si  bien la ética (como ha  propuesto   el  positivismo    lógico) debe ser  entendida como una rama  de la   Sociología  y atender más    que a los  valores en abstracto a  las   valoraciones  individuales    -empíricas- de  gentes diversas en    determinadas  sociedades. La filosofía    abre sus  puertas a la    ilimitada curiosidad  del hombre.
MCJ:   Perdone que  sea    insistente pero siento que aun  no me contestado la    pregunta,  por lo    mismo deseo planteársela  nuevamente:¿Cómo cree que    seduce la     filosofía a sus amantes y amigos?  O en otros términos, y    usando sus     últimas palabras: ¿Cómo cree usted  que la filosofía nos abre    las     puertas a la curiosidad? ¿Y como se  conjuga esta apertura con la        misma composición del texto filosófico?
AVR:  En mi opinión,la       composición de un texto filosófico ha consistido   siempre en    establecer    un cruce entre realidad, pensamiento y acción,  en  el que    el sentido  de   cada uno de estos términos queda establecido  por la     forma como  éstos  se  intersectan. En este sentido la filosofía   como    apertura a  todas las   formas de entrecruzamiento da cuenta de  la    libertad  que se  ha tomado  el  pensamiento contemporáneo al  rebelarse    contra  caminos  canónicos   prefijados para recorrer estos  términos, y    que había   permitido hasta   ahora definir las  distintas "escuelas"    según se   establezca como punto   de partida la  realidad, el   pensamiento  o la   acción. La mutua   imbricación de  estos términos   configura una  suerte  de  hipertexto cuya   lectura no  obliga a   realizar ningún  recorrido   determinado a priori; más    aún, la   filosofía desborda todo  intento de   clausurar sus temas, sus      intereses, sus pasiones y, por  ello, la   filosofía –como una  mirada de     asombro y perplejidad– se  interna en el   cine, en la  literatura,  en  la   ciencia, en la  psicología, en la  creación   artística, y todo   ello sin   dispersarse,  sino, por el  contrario,   `nucleando` cada  vez.  Ello gracias   a la  capacidad que  tiene la  filosofía  de  establecer  nexos y dibujar   nuevos  contornos al   ejercicio del   pensamiento  crítico. Una filosofía    desfigurada, en   cambio, es la  que  sólo se  ocupa de sí misma; si la    reflexión es  mera  flexión, si  busca   afirmarse narcisistamente en sus    propios   supuestos y no  entra en los   diversos juegos de lenguaje y las      diversas figuras  del vida, se   convierte en una arquitectura    ciertamente   monumental,  pero de  aquellas  que sólo se las admira    cuando están en   ruinas,  cuando ya  no se percibe  el chasquido del    látigo que las hizo    posibles. Se  trata, pues, de un  lugar de    encuentro, una suerte de  ágora   por la  que ha de transitar una   ciudad   en diálogo en el que  la moneda   de  intercambio no sea sino  el  rigor y   la disponibilidad a  ser    interpelado. No obstante, en  su  virtualidad   el lenguaje se  expone a  ser   infectado por  distintos virus  que  pueden  cambiar el  sentido de  los   textos. De  eso trata la filosofía,   de un  lenguaje  que no teme a  los   virus,  porque la misma filosofía  puede  ser   entendida como un  virus que    "infecta" los saberes, el  arte, la vida;    que convoca  contagiando,    hurgando en los resquicios,  acoplándose  casi    parasitariamente a  toda   pretensión de sentido. Así,  abrirse  al   ejercicio  filosófico  significa   exponerse a ser  contaminado.  Basta   entrar en un  texto  para descubrir   que dialoga con  otros, que  al leer   en la pantalla   del computador y   navegar por  diversos  campos de  datos –  como es el  caso  del soporte de   esta  entrevista –  en los que  cada  punto  puede  considerarse como una    puerta de  entrada a otro  nexo,  hacia  un nuevo  espacio virtual que    conduce a  su vez a otros  campos de   datos. Son, por  ello, necesarias    nuevas  formas de  navegación  mental  para orientarse en  esos laberintos    de  información  en  constante  regeneración. De ahí la  importancia de  las    técnicas  de  “navegación”,  de “orientación”. Hay que  saber luchar    contra  la   deriva inherente a  las travesías largas, hay que  saber    alcanzar el    destino del viaje, en  eso consiste hoy la  investigación     filosófica.
No   sólo en  ficción hipertextual sino también en   la   literatura    experimental, es  posible encontrarse con estilos    caudalosos  en  constante   pliegue y  despliegue. Narrativas o    articulaciones   discursivas que se   puede  recorrer en diversas    direcciones, no sólo   sucesivas sino   simultáneas,  opuestas,    contradictorias, que no  admiten  una sola   categorización,  sino las    más variadas: novela,  antinovela,  antipoesía,   escritura   automática,   parodia literaria,  reflexión  filosófica,   meditación   esotérica, y   muchas otras  caracterizaciones  paralelas o     complementarias. No se   trata de lo  uno o lo otro, sino de  lo uno y  lo    otro.
MCJ:        Pero profesor, claramente hay un diferencia radical entre la        cualquier  meditación esotérica y obras filosófica como Critica de la        Razón Pura,  Fenomenología del espíritu o Ser y tiempo. Me refiero  a    que    en casi  muchas obras filosóficas la composición del texto     filosófico    está  sujeta a una estrategia argumentativa que deja     entrever    pretensiones de  validez que dependen de cuestiones lógicas  y       epistemológicas. Por lo  mismo, es inevitable que le pregunte  ¿Qué    lugar    ocupa en sus ideas  acerca del texto filosófica las     pretensiones de    validez implícita en  una estrategia argumentativa,la     lógica y sus  leyes  o  principios, estoy  pensando en Aristóteles y    el  principio de  no   contradicción, y en la  lógica (silogística)     subordinativa – que de  un   modo u otro ha  tiranizado el pensamiento     occidental hasta  nuestros  días–  el famoso  principio de  identidad?
AVR:    Muchas  de las  cuestiones lógicas y   epistemológicas más relevantes,     como la  que Ud.  muy bien plantea,  sólo  pueden ser comprendidas a    partir  de la   naturaleza mediadora y   autogenerativa del signo. Es    decir, habría   que  invitar a Umberto  Eco a  la conversación y ampliar    el espectro  desde  la  lógica  hasta la  semiótica. Aquí cabe    preguntarse por qué la  filosofía    dice tender a la  claridad y, sin    embargo, es tan compleja.  La   filosofía  desata los nudos  de nuestro    pensamiento, los nudos que    nosotros  estúpidamente hemos  hecho en  él;   pero para desatarlos debe    hacer  movimientos tan  complicados  como   esos nudos. Aunque el  resultado   de la  filosofía es  simple, su    método, si quiere llegar a  ese   resultado, no  puede serlo. La     complejidad de la filosofía no  reside en   su tema, si no  en lo    enredado  de nuestra comprensión.  Como señalará   Wittgenstein: “La     filosofía es  una lucha contra el  embrujo de nuestro   entendimiento por     medio de  nuestro lenguaje”.  Esto, si lo vemos  desde  una   perspectiva   estética y  semiótica nos  podría llevar a  formular un     cuestionamiento  similar en  torno al  oficio filosófico, el  trato (o     cura) necesariamente  lento de  una  `enfermedad`  (perplejidad) o el     cortejo previo a la  conquista. Así   pues  preguntémonos, cuestión que    le  escuche decir al gran   maestro y   director de cine Raúl Ruiz:  “¿Qué   es  un símbolo? Decir  una  cosa y   significar otra. ¿Por qué no    decirlo  directamente? Por  la simple  razón   de que ciertos  fenómenos   tienden a  disolverse si  nos acercamos a   ellos  sin  ceremonia”. Pues   bien, yo  pienso la  profusión hipertextual y   la   fragmentación, la   refutación de  las  convenciones epistemológicas,  la    disolución de la   subjetividad, la   coautoría y la cooperación   textual, la   duda sobre   las   interpretaciones profundas y las  visiones  globales, así   como la    crisis  de la totalidad histórica y  las  temporalidades   narrativas,    son parte  de esta gran ceremonia a  la que  cabe – todavía –   llamar    Filosofía.

Adolfo Vásquez Rocca y Rosi López
MCJ:        Usted mencionaba anteriormente que en los estudios uno aprende un         estilo de pensamiento que llamó “crítico”, y recién mencionó que   la       filosofía abría las puertas a ilimitada curiosidad del  hombre.    Haciendo     una relación entre ambas ideas, pregunto: ¿La  filosofía  es   un juego  de    seducción que estimula nuestra  curiosidad para    desarrollar el   espíritu   crítico, y desalojar la  estulticia?
AVR:      Efectivamente. La  filosofía es una  actividad crítica y elucidante     que   se ejerce en el  lenguaje. Como  la inteligencia, se alimenta  más   de    preguntas que de  respuestas.  Se ocupa más de `problemas`  que de      `soluciones`. Por ello  la  filosofía surge de la sospecha, y  ésta,  de  la    curiosidad, la   perplejidad y el asombro. No creo que  pueda   existir  el   pensamiento   crítico sin la mediación de la  curiosidad   como  estimulo  de  la  sospecha.  Creo que así se mueve la  reflexión    filosófica, y así   está  llamada a  remover creencias  inerciales, a    hacer tambalear   certezas  culturales y  ampliar  miradas obtusas que    sólo giran sobre  sí  mismas.  Así, la  filosofía  busca poner en    ejercicio el  espíritu  crítico, la  vocación   investigadora, así como    abrir  espacios al debate  como aventura  de  lo  humano, sin verdades     clausuradas que sofoquen el  pensamiento y   nieguen  la poesía.
MCJ:Confieso     que coincido con  usted en  este punto,  pero sucede que es    justamente   esta disposición  crítica  del filósofo lo  que a veces le   juega  una   mala pasada, haciendo  de  él una  caricaturización de un   hombre    misántropo ensimismado en la   búsqueda de  la sabiduría.

Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo
AVR:        Es que no se trata sólo de un discurso sobre el amor a la      sabiduría,    sino también de conmover a otros y moverlos a este amor.      Desde que    existe la filosofía como género literario, señala     Sloterdijk,  recluta    ella a sus adeptos por este medio, escribiendo     de modo  contagioso  sobre   el amor y la amistad. Que pueda en todo     caso la  filosofía  escrita,   tras sus comienzos hace dos mil     quinientos años,  mantenerse  en estado   virulento todavía hoy, lo debe     sin duda a los  resultados de  su   capacidad para hacer amigos a     través del texto. La  filosofía se    contagia, de allí la importancia     de los grandes maestros,  las figuras    señeras e inspiradoras, y  que    además estos dicten los cursos  de    iniciación, es decir en los     primeros años, cuando se deciden las     vocaciones. La filosofía  como    todo oficio, como todo hacer se aprende     haciéndolo, viéndolo  hacer a    otros, para participar gradualmente en     estos `juegos`.  Sólo    entonces se descubre que la complejidad de la     filosofía no  reside en    su tema, si no en lo enredado de nuestra     comprensión.
MCJ:     Bueno, ya que usted ha citado a Sloterdijk le    hago una pregunta      espacial, al estilo de Sloterdijk ¿Donde estamos –o    dónde “debemos      estar”– cuando hacemos filosofía?
AVR:    Principalmente hay   que   estar en un estado de ánimo: el asombro y la     perplejidad, la     disposición crítica, la sospecha y el hábito de     preguntar     sistemáticamente hasta las últimas consecuencias. Incluso,     como     señala Popper, poner en riesgo nuestras propias hipótesis.         Falsearlas, esto es, intentar por todos los medios y con todos lo         recursos demostrar que estoy equivocado. Esa es la actitud         anti-dogmática por excelencia, la de contraponer al intento de confirmar         las propias teorías el intento de refutarlas. Así la filosofía,     como    le  decía, juega y se alimenta de nuestra curiosidad. La     filosofía no    pone  límite a la curiosidad –más bien la incentiva – y     nos hace  estar   en  apertura frente a la totalidad de las cosas y     fenómenos,  intentando    entenderlos desde sus causas últimas, a la  luz    de la razón  pura y de  su   relación con otras entidades. Aunque    claro  –y aquí cabe  una  precisión   sustantiva– gran parte de  nuestras    creencias y las  teorías a  las cuales   adherimos responden  a causas    inconscientes, más  que  estrictamente   racionales.
MCJ:   Usted   en más de una  publicación  ha puesto de  relieve el rol de la    Emoción   en la  construcción de  nuestras teoría o  tesis  filosóficas,  lo  que   lleva  implícita una  crítica a la pretensión   de objetividad  en el     conocimiento. ¿Podría  ampliarnos estos  conceptos?
AVR:   Es    evidente e históricamente  reconocida la  influencia de Nietzsche    sobre    Freud (cabe destacar que  el propio  Nietzsche recibe el  influjo de      Schopenhauer, el verdadero  padre  de la Psiquiatría  moderna). De allí     que  lo que Schopenhauer y   Nietzsche reconocieran  como el ámbito de  lo     irracional – la  voluntad  ciega e  irreductible en constante    desasosiego,   que en el  primer caso  es  “voluntad de vivir”y en el otro    “voluntad de    poder” – en Freud pasa   a denominarse como lo    inconsciente, todo el    ámbito de lo  pulsional  (tanto erótico como    thanático). Nosotros  hablamos   como  si lo racional  tuviese un    fundamento trascendental  que le da    validez universal  independiente de    lo que nosotros  hacemos como  seres   vivos. Eso no es  así. Cuestión    sobre la que ha  insistido –  mi colega y   amigo – el Dr.  Humberto    Maturana. Todo  sistema  racional se funda en   premisas  fundamentales    aceptadas a  priori,  aceptadas porque sí,   aceptadas  porque a uno le    gustan,  aceptadas  porque uno las acepta   simplemente  desde sus     preferencias. Y eso es  así en cualquier dominio,   ya sea el  de las     matemáticas, el de la  física, el de la química, el de   la  economía,  el    de la filosofía, o  el de la literatura. Todo sistema    racional  se    funda en premisas o  nociones fundamentales que uno acepta    como   puntos   de partida  porque quiere hacerlo y con las cuales opera en      su   construcción.  Las distintas ideologías políticas también se  fundan   en     premisas  que uno acepta como válidas y trata como  evidentes de    partida     porque quiere hacerlo. Y si uno esgrime  razones para    justificar la     adopción de esas premisas, el sistema  racional que    justifica esas     razones se funda en premisas  aceptadas porque sí,    porque uno  consciente  o   inconscientemente  así lo quiere.
MCJ: ¿Cual es el rol de la Estética y el Arte en el discurso filosófico?
AVR:        También es necesario destacar el papel que tiene la sensibilidad         estética. La inteligencia es plasticidad conductual. La ciencia y   el       conocimiento es una empresa esencialmente anarquista –e    imaginativa,  tal     como la concibió Feyerabend, uno de los    epistemólogos más    imaginativos   que dio el siglo recién pasado. El    anarquismo    epistemológico o teórico   es más humanista y más  adecuado   para    estimular el progreso que sus   alternativas basadas  en el   rígido orden    racional. Es aquí donde volvemos   ha  reivindicar el rol   de lo    ficcional, al modo como Popper se refería a    las   "conjeturas". La    historia esta repleta de "accidentes y   coyunturas,    y curiosas    yuxtaposiciones de eventos”. La  epistemología de    Feyerabend  desplaza    así la atención centrada en  la dimensión   racional  de la ciencia  para    enfocarla en el contexto  histórico y   sociocultural.  Su trabajo da,  a    veces, la impresión  de un análisis   ejecutado por un  etnógrafo que se     afana en  comprender los  elementos  simbólicos y, en  general, la  forma de     vida que han  desarrollado  los `hombres` del mundo   occidental en la      estructuración de una  peculiar cosmovisión. Para   situarnos en una      perspectiva que nos  permita abordar estas cuestiones   –que nos  obligan  a    salir de los  paradigmas de la racionalidad   tradicional –  es    fundamental  traer a  cuenta lo expuesto en su  `Tratado  contra  el    método. Esquema de  una  teoría "anarquista" del  conocimiento`   donde  nos   señala que "al   tratar de resolver un  problema, los   científicos    utilizan  indistintamente  un procedimiento u  otro:  adaptan  sus  métodos y    modelos al problema en  cuestión, en  lugar  de   considerarlos como    condiciones rígidamente  establecidas  para  cada   solución”. No hay una    "racionalidad científica"  que pueda    considerarse  como una guía    (universal) para cada  investigación;    pero, y esto es lo  que hay que    considerar, hay normas  obtenidas de    experiencias  anteriores,    sugerencias heurísticas,  concepciones  del   mundo, disparates     metafísicos, restos de teorías  abandonadas y  de   todo ello hará uso el     científico en su investigación.  Aquí se    observa la fundamental     importancia de la plasticidad   intelectual,   pues es sólo intuitivamente     que en cuestiones de  diversa  naturaleza   podrá determinarse qué    criterio  seguir en cada  caso para  preferir  un  método a otro. De lo    anterior se   desprende, lo que  constituye  el  eje de esta tesis, que la    ciencia  se  encuentra mucho más  cerca  de  las artes de lo que se  afirma   en  nuestras  teorías del   conocimiento  favoritas.
Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo
II. FILOSOFÍA, EDUCACIÓN Y  HUMANIDADES
Desde        que obtuvo su Licenciatura en Filosofía en la Pontificia      Universidad    Católica de Valparaíso, el Profesor Dr. Adolfo Vásquez     Rocca  ha  estado   relacionado con labores docentes. Experimentando la     vitalidad  y    dificultades presentes en los procesos de enseñanza  de    nuestro   sistema   educacional, ha podido formarse una lúcida  idea  de   algunos   problemas   endémicos que enfrenta nuestra  educación.

Nietzsche por Adolfo Vásquez Rocca
MCJ: ¿Cuál es su diagnostico de la educación en nuestro país?
AVR:        Creo que la reconversión de la educación en negocio ha tenido una         multitud de efectos colaterales en la educación escolar y     universitaria     que surgen a partir de la definición de sus     destinatarios no en   calidad   de estudiantes, sino de clientes.
La Universidad chilena así como el Sistema Educativo ha tomado una deriva empresarial a semejanza del modelo norteamericano.
Los        norteamericanos repudian la sofisticación. El  anti-intelectualismo        subyace a la idea de América. En lugar del  intelectual —del   teórico—  el     ciudadano medio americano tiene en  mayor estima al   hombre de  sentido     común y de conocimientos  prácticos. Una figura al   estilo de  Edison.  En    cada americano hay  un empresario. La   disposición para el  trabajo     práctico impera  junto al afán de logro,   la disciplina y las   observancias     religiosas. Un colegio que   pusiera su acento en la   erudición y la     sensibilidad artística más   que en el fortalecimiento   de la  personalidad y    el pragmatismo sería   visto con reticencia.
Así,    en los inicios   de la historia   norteamericana las humanidades, la     literatura y el   conocimiento   teórico y especulativo en general,  fueron    estigmatizados   como una   prerrogativa de la aristocracia.  La cultura    pragmática a la     americana induce a la supresión de las  asignaturas  de   humanidades de     los planes de estudio antes o  durante la  universidad.  Los  Master   son   americanos o inspirados en  Estados  Unidos. Los  jóvenes  sueñan   en   culminar su preparación en  USA,  mientras, la  universidad  europea   ha   tomado también una  deriva  empresarial a su  semejanza.
Algo     similar a lo que  ocurre en  los países  latinoamericanos que han      importado este  modelo  “cosificador” para la  reforma de los planes y      programas de   educación, cuyo énfasis está  ahora en los estudios        técnico-profesionales por sobre las  humanidades. El objetivo ha sido        promover una sociedad centrada en  las cosas, en su manipulación en        función de las utilidades, en los  saberes prácticos. Ahora mismo,   la      educación norteamericana en la  High School se encuentra en   manos de      “educadores” que no ocultan su  hostilidad al   intelectualismo,      declarándose más identificados con el  modelo de   pensamiento concreto      propio de los niños. De hecho, Estados  Unidos   es un país tan      anti-intelectual como “infantil”, concebido y    construido para grandes      masas infantilizadas. En ningún otro país   se  acomodaría mejor una      empresa como Disney, las obscenas cadenas   de  fast-food o unas      superproducciones como las de Spielberg,   concebidas  con alma y mente de      matiné. 

Adolfo Vásquez Rocca Universidad Nacional Autónoma de México UNAM
MCJ:        Y dentro este estado en el que en su opinión se encuentra la        enseñanza  en nuestro país, ¿qué lugar ocupan – o deberían ocupar -  las        humanidades y las artes?
AVR: Creo que la discusión  debería       centrarse en la relevancia o  superfluidad de las artes y  las       humanidades en los planes de enseñanza.  O, si se quiere, en  la       relevancia de estos dominios y sensibilidades  para uno y otro  proyecto       educativo institucional (particular y público)  –esto en  el  supuesto    de   que existe una distinción entre los enfoques,    propósitos y    alcances  de  uno y otro sistema de educación.
MCJ: ¿Y esta discusión usted la considera viable en una sociedad como la nuestra?
AVR:        Lamentablemente, creo que es muy poco viable por que en un modelo         neoliberal –orientado más que a la calidad de la Educación   pública, a   su     cobertura - , parece subyacer una actitud y   disposición       anti-intelectual que pone su énfasis y estima en el   perfil del hombre de       sentido común y de conocimientos prácticos.   La disposición para el       trabajo práctico impera junto al afán de   logro, la disciplina y  las      observancias funcionarias.
MCJ:   Sinceramente, no puedo    imaginarme   colegios de la esfera pública  con   tendencia educativa    orientada,   principalmente, a fortalecer    humanidades, la sensibilidad    artística y   el desarrollo espiritual.   Ni  siquiera en los “nuevos 50    colegios de   excelencia” que   promociona el  nuevo gobierno.
AVR:    Es muy poco   probable.   Imagínese. Un colegio que pusiera su acento    en  las   humanidades, la   sensibilidad artística y el desarrollo   espiritual   más   que en el   fortalecimiento de la competitividad, del    fortalecimiento  del     carácter asertivo sería visto con reticencia por    parte de los      apoderados de un sector socio económico medio,  marcados   por lo      aspiracional y la búsqueda de la promoción  económica y el   estatus.   Las    humanidades, la literatura, el arte y  el conocimiento   teórico y      especulativo en general, son  estigmatizados como una    prerrogativa  de la    clase alta. Sólo la  elite aristocrática puede    darse el lujo  de   financiar  una carrera de  teatro o de arte. La    cultura  pragmática –   según el  modelo  imperante en las clases medias    de  Chile – ha inducido a   la   supresión de las asignaturas de     humanidades de los planes de    estudios.  Como decía, los jóvenes   sueñan   en culminar su preparación  en   USA y en  ser profesionales   exitosos.   Éxito medido, ciertamente,  por el   lucro.
Adolfo Vásquez Rocca Congreso de Filosofía
 III. SLOTERDIJK Y EL PENSAMIENTO  DE LA VIDA HUMANA EN LAS ESFERAS
Ha        dictado en forma permanente el primer Seminario de Postgrado  sobre    el     pensamiento de Sloterdijk en la PUCV, y además durante  el año    2008,     publicó su primer libro donde analiza, en una serie  de    ensayos, la  obra    de Sloterdijk de Normas para el Parque Humano  a    Esferas (Peter     Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas  de    climatización  (2008);    actualmente, dirige el Proyecto de     Investigación: “Ontología  de las    distancias en Sloterdijk, hacia una     teoría antropotécnica de  las    comunicaciones”. Sin embargo, pese a     la evidente vinculación que  ha    mantenido con el pensamiento de     Sloterdijk, y de la sostenida     divulgación de sus ideas, no se     considera en ningún caso un especialista     de Sloterdijk sino un     amante de la posibilidad que ofrece su     pensamiento, y reconoce que, a     pesar de sus esfuerzos de divulgación en     Chile todavía hay poco     interés en el pensamiento de Sloterdijk. “En     Chile se conoce poco  a    Sloterdijk y su influencia en el concierto     internacional, así   como   el modo como su pensamiento sin dejar de ser     autónomo,   original y   crítico surge de un suelo heideggeriano”, afirma.

Adolfo Vásquez Rocca Congreso de Filosofía
MCJ:        Usted es uno de los principales investigadores en Hispanoamérica   de      la  obra reciente de Peter Sloterdijk, de allí que me interese     conocer     ¿Cuál es su relación con Sloterdijk y su posición ante su      pensamiento?    ¿Cómo tuvieron lugar las primeras aproximaciones al      autor alemán y su    obra?
AVR: Mi primer acercamiento a la  obra  y    pensamiento de   Peter Sloterdijk  tuvo lugar en el marco del   Curso  de   Doctorado de la   Universidad  Complutense de Madrid en   torno a la    Crítica de la Razón   Cínica. A partir  de allí, y tras   doctorarme he    iniciado una   investigación rigurosa sobre    Sloterdijk, pero    centrándome de modo   principal en su producción   actual y  sus líneas de    investigación más   recientes, con esto me   refiero a  `Extrañamiento    del Mundo`, `Normas   para el Parque   Humano’ y la trilogía  Esferas.
MCJ: ¿Puede hablarnos de las obras que menciona? ¿Qué aborda, desde su punto de vista,` Extrañamiento del Mundo`?
AVR:        Ya en ese brillante ensayo que es Extrañamiento del Mundo (1993)      –de    un alcance teórico difícil de dimensionar – se encuentran en     marcha    las  ideas matrices de Esferas (1998 - 2004). Allí se  pueden    apreciar  en   su  génesis, entretejiéndose, en toda su  belleza y      lirismo.Extrañamiento   del mundo es sin duda la mejor  obra de      Sloterdijk. Por ello no sería   casual que obtuviera el  Premio Ernst      Robert Curtius 1993. Sloterdijk   esboza allí con  expresiva visualidad      poética las ideas que luego   desarrollará  bajo la temeraria forma  del     Gran Relato. Sloterdijk no le   teme a  los Grandes Relatos ni al      cristiano, ni al liberal-progresista,    ni al hegeliano, ni al      marxista,ni siquiera al fascista. Sloterdijk  es   un maestro para      reconstruir las historias en sus entresijos  técnicos,   auscultando el      detalle para desde allí proyectar un  diagnostico épocal   con el afán      provocador que le caracteriza.
MCJ:  Recién usted  señalaba  que   en   Extrañamiento del Mundo (1993) se   encuentran en marcha  las   ideas    matrices de Esferas  (1998 - 2004),  ¿se  puede referir    brevemente a    alguna idea de Esfera?
AVR:  Esferas es el opus    mágnum de    Sloterdijk, allí lleva a cabo una   reconstrucción de las    etapas de    nuestra historia como habitantes  de  esferas, el tránsito    desde el    pliegue o clausura de la que el  ser humano  surge al   estallido  del    espacio donde se ve  psicológicamente expuesto y    vulnerable. Así     Sloterdijk transita  del espacio más íntimo al más    extenso y abarcante,     donde se  patentiza un extraño impulso a lo   inmenso e  inquietante.
En      la filosofía de Sloterdijk se   pueden encontrar una multiplicidad de       escenificaciones y actores   que representan el drama indistinto de       naturaleza y cultura; en la   historia de los procesos  antropotécnicos      Sloterdijk introduce en   sus relatos todo aquello  con lo que el hombre      convive   cotidianamente, a saber: signos,  señales, símbolos,  máquinas,       herramientas, animales, plantas,  virus, bacterias, textos,  obras de       arte, museos, prótesis,  intervenciones quirúrgicas,  fármacos; a lo  que      se debe sumar la  irrupción de los artefactos  tecnológicos en  las   nueva     configuración de la vida humana. La  historia de esta    cohabitación  con    elementos cuyo estatuto ontológico  no ha sido    suficientemente  aclarado    es el desafío de la filosofía  de   Sloterdijk.  Bajo esta  perspectiva,  el   mismo estatuto ontológico  del   hombre no  está  claro; en este  sentido,   Sloterdijk entiende al    hombre como una   deriva biotecnológica  asubjetiva   que vive hoy un    momento decisivo  en  términos de política de  la especie.   De allí la    crisis del  humanismo y  el reclamo por parte de  Sloterdijk  de  una    nueva  constitución  ontológica que tenga en cuenta a  los otros  seres      humanos, a los  animales y las máquinas, esto  suscitará ásperas       controversias. Baste  sólo mencionar la polémica con  Habermas, disputa       semi-velada en torno  a las posibilidades  tecnológico-genéticas de     mejora   del ser humano.  Este debate no ha sido  sino la   secularización     posmetafísica del viejo  problema del  Humanismo, a   saber el de la     domesticación del ser  humano.
El  campo de   resonancia del    pensamiento de Sloterdijk,  como se ve, es     extremadamente amplio y    complejo, sin embargo su modo  de abordar los     problemas de nuestra   época  crítica es lúcido y  original, erudito  a  la   vez que inventivo,   lo que  lo ha convertido en  un autor   imprescindible   para entender   nuestro  tiempo, esto pese a que  la   administración de la   cultura no   sepa aún muy  bien dónde    clasificarlo.
MCJ: Erudito e    inventivo. Eso sugiere  una   visión  muy particular de lo  que se ha dado    en llamar la tradición    ¿Cómo cree  Ud. que Sloterdijk se  posiciona    respecto de este punto?
AVR:     Sloterdijk compara la tradición    cultural de occidente con una red      epistolar. “Los libros son    voluminosas cartas a los amigos”.  Esta  es la    esencia y función de la    Filosofía: una  telecomunicación  fundadora de    amistad por medio de  la   escritura.  Así las obras que  escribimos  pueden   ser consideradas   como  cartas  dirigidas al  porvenir, con la  expectativa   de encontrar   amigos a   la distancia,  personas que movidos  por una   sensibilidad   similar se   vean  estimulados a responder.Desde  que existe la     filosofía como  género   literario, recluta ella a sus  adeptos por este     medio,  escribiendo  de  modo contagioso sobre el amor y  la amistad.   Como    te decía, no  se trata  sólo de un discurso sobre el  amor a la    sabiduría,   sino  también de  conmover a otros y moverlos a  este amor.    La Filosofía  es   así una  teoría erótica. Este influjo     terapéutico-literario estaba    ligado con  las doctrinas de la     psico-cosmo-erotología  temprano-moderna,   señala  Sloterdijk.
Entre     los humanos la  fascinación es la regla,  y el  desencanto, la      excepción. Como  criaturas que desean e imitan, los   seres humanos      experimentan el  anhelo del otro. En el lenguaje de la   tradición  figura     esto como  ley de la simpatía.

Adolfo Vásquez Rocca Congreso de Filosofía y Arquitectura
MCJ: Simpatía ¿Y qué se entiende por simpatía en este caso?
AVR:        Sloterdijk sostiene que la simpatía es la participación en un       círculo   mágico de atracciones, de fascinación. Es lo que caracteriza       nuestro   espacio existencial más real; el aire en el que  “vivimos,   nos      entretejemos y somos”, como San Pablo dice en su  discurso a los        areopagitas. Cuando entramos en nosotros mismos,  percibimos en   nuestro      interior una dimensión que al mismo tiempo  está en torno a   nosotros.   En    mí está lo que yo respiro, lo que yo  comparto,  aquello  de lo que   soy    parte y contrapartida. Las  esferas son  espacios de  simpatía,   espacios  de   afinación, espacios  de  participación. Si no  presuponemos   su   existencia,  no podríamos   compartir palabra alguna  con el otro, y   tan   pronto las  damos por   presupuestas, también las  dotamos de una   nueva   intensidad.  Hasta   la interacción más banal  implica nuestra     participación en la    constitución de esferas. Sin  ellas no habría     familias, comunidades    existenciales, comunas,  equipos, pueblos. Nadie     soportaría pasar   un solo  día en la misma  habitación con otro hombre  si    los dos   participantes no  tuvieran la  extraña capacidad de  conectar  en     medio de frecuencias  comunes, de  sintonizarnos.
No  es  extraño     que en la introducción a  Esferas, Sloterdijk se refiera a   dos      inscripciones que Platón  colocó a la entrada de su Academia: en  una       prevenía a los que no  fueran geómetras; pero en la otra, de   sentido   más    oculto, invitaba a  alejarse a los que no consintieran  en   mantener    dramas  amorosos. La  ligazón que une estas dos máximas  o   advertencias  es    explicada  enseguida, y se resume en otro  término  que  sólo en el  siglo   XX  ha  cobrado relevancia: la  transferencia.

Cito        de Esferas, "Hay que insistir en que la transferencia es la  fuente        formal de los procesos creadores que dan alas al éxodo de  los  seres       humanos a lo abierto. No transferimos tanto afectos   exaltados a   personas     extrañas como tempranas experiencias   espaciales a lugares   nuevos, y     movimientos primarios a escenarios   lejanos. Los límites de   mi  capacidad    de transferencia son los   límites de mi mundo".
MCJ: La simpatía que atraviesa a la tradición nos conduce, pues, a su planteamiento sobre las ‘esferas’...
AVR:        Efectivamente, Sloterdijk sostiene que desde la primera esfera en      la    que estamos inmersos (con "la clausura en la madre"), todos  los        espacios de vida humana no son sino reminiscencias de esa  caverna        original siempre añorada de la primera esfera humana.  Sloterdijk        comienza así su relato desde la primera esfera en que  estamos  inmersos,       con la "clausura de la madre". Pertenece al  drama de la  vida el  que      siempre haya que abandonar espacios  animados, en los  que uno  está      inmerso y seguro, sin saber si se  va a encontrar en  los nuevos  un      recambio habitable. El primer  traslado, exilio o  extrañamiento,  el      primer acto del drama, pues,  sucede con el  nacimiento. ¿Dónde  venimos      cuando venimos "al  mundo"?, pregunta  Sloterdijk. El modo de  afrontar  el     mundo fuera  del seno materno  viene determinado de  manera   difícilmente     analizable por los restos  de memoria  prenatales. Todos   hemos  habitado  en   el seno materno un  continente  desaparecido, una    "íntima Atlántida"  que   se sumergió  con el  nacimiento, no en el    espacio, desde luego, sino  en  el   tiempo, por  eso se necesita una    arqueología de los niveles    emocionales   profundos.
MCJ: ¿Y en este drama qué podríamos reconocer como amoroso?
AVR:        En su obra El Árbol Mágico Sloterdijk hace referencia a la magia         florentina de la intersubjetividad, allí reconoce a Giordano  Bruno   como      quien sienta las bases para una ontología general de  la   atracción,  lo     que dará lugar a una psicología de la acción    recíproca. Esto a   partir  de   sus comentarios en el De Amore, donde    explica de el   enamoramiento  como   un particular y depurado tipo de    envenenamiento.
La   magia   intersubjetiva se funda en una    complementariedad, tal como    Platón la   transcribió clásicamente en    el mito de las dos mitades   humanas  que se   añoran apasionadamente    una a otra, del discurso de   Aristófanes  en El   Banquete. Las  fuerzas   unitivas (vinculantes) que   actúan entre los    amantes  remiten,  según  Platón, a la añoranza de   querer subsanar la pena     de amor   constitutiva. He ahí el drama   amoroso.
MCJ: ¿Qué es lo que lo sedujo del pensamiento de Sloterdijk?
AVR:        Personalmente, lo que me sedujo fue su atipicidad en el abordaje   de       los temas filosóficos, y su alta erudición en diferentes temas   de  la      cultura occidental. Es que si hay algún filósofo atípico  en  la   lista  de    pensadores más influyentes del siglo XXI este es  sin  duda   el  alemán    Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más   sólida    tradición cultural    y filosófica de su país –estudió   Filosofía,    Germanística e Historia  en   las universidades de Múnich y   Hamburgo– y    no en vano se formó bajo  el   influjo de lo que se ha   dado en llamar   la  segunda generación de la    Escuela de Frankfurt.   En Sloterdijk    concurren también otras  tradiciones e   influencias:   La poética del    espacio de Bachelard, Musil,  Canetti,   Hermann  Broch  y Spengler.    También en Sloterdijk se deja ver  el influjo   de   Nietzsche,    particularmente en sus referencias a la  crisis del     Humanismo que    luego con Heidegger asumiría otro designio    hermenéutico.
MCJ:     Sin embargo, pese a la multitud de   elementos  que convergen en el  obra     de Sloterdijk, y de la manera   cómo estos se  relacionan, lo cierto   es    que es que en esas   reflexiones hay un hilo  conductor asociado al      “proyecto  quínico”   de Sloterdijk que si no me  equivoco se remonta a      Critica de la   razón cínica (1983). De este  motivo Usted no habla      directamente en   su libro (“Peter Sloterdijk;  Esferas, helada cósmica  y     políticas   de climatización”, 2008), sino que  deja entrever la    cuestión   en   los diferentes ensayos que lo componen.  ¿Podría referirse    a ese     asunto?
AVR: Por supuesto, el proyecto  “proyecto    quínico” de    Sloterdijk se  remonta, como Usted señala dices, a  su ya     legendaria   Crítica de la razón  cínica (1983), obra que, según      Safranski,  “cuenta  cómo, tras  desenmascaramientos e ilustraciones, la       conciencia moderna  tomó  conciencia de sí y cómo ahora, con  correcta      conciencia, obra sin  embargo  incorrectamente``. Este  comentario de      Rudinger Safranski es, en  mi  opinión, muy atinado,  por que la      recuperación del ideario cínico  que  lleva a cabo  Sloterdijk, tiene      lugar justamente con el descrédito  de las   utopías, en la trastienda  de     la posmodernidad, en el desencanto    estético-político ante las      sociedades neoliberales. En este  sentido,   Crítica de la razón  cínica     de Sloterdijk puede leerse,  desde mi punto de   vista, como  una puesta     al día de la Dialéctica  de la Ilustración de   Adorno y  Horkheimer.     Sloterdijk suscribe los  honestos ideales del   cinismo  antiguo como  una    manera de combatir  precisamente al cinismo    moderno, puesto que  desde    su punto de  vista la teoría critica habría    fracasado en su  intento   por   rectificar el rumbo catastrófico en  el que   la  "dialéctica de la     ilustración" se había precipitado  durante el siglo    XX.
MCJ:   ¿Y   en qué consiste  específicamente ese “cinismo   moderno”? ¿Es que   es  una   nueva  versión del desencanto humano por el   humanismo,  producto   del    descubrimiento del nihilismo en ascenso o  de la   lamentable      transformación de la razón en nuevo mito y el   asentamiento  definitivo      del dominio de la razón instrumental?
AVR:   No se  trata     precisamente del desencanto frente al humanismo    producto del   nihilismo    en ascenso, ni a causa de la metamorfosis de   la  razón en   nuevo mito    ni, mucho menos, producto del dominio de  la  razón    instrumental, lo   que  Sloterdijk describe y denuncia, no  es  sino el    cinismo difuso de    nuestras sociedades exhaustas. Ese  “nuevo   cinismo” que   se despliega    como una negatividad madura que  apenas   proporciona un  poco  de ironía  y   compasión, pero que  finalmente   desemboca en la   desesperanza. Un    cinismo que  Sloterdijk define como   “falsa conciencia   ilustrada”: la  de    quienes se dan cuenta de que   todo se ha desenmascarado   y pese a   ello   no hacen nada, la de   quienes se dan cuenta de que la   escuela  de  la   sospecha tampoco ha   servido de mucho. Por lo mismo,    Sloterdijk    proclama el fin del   totalitarismo metafísico y la  caducidad   de la    fatiga nihilista, a   la vez que abre una brecha  entre los   apocalípticos    y los   entusiastas de las nuevas  tecnologías, incluida la   genética,      ensayando –además– una teoría  de la intimidad, del espacio   interior,      así como del exterior más  abarcante, para explicar su   concepción      general del mundo y de la  historia.
MCJ:¿Sloterdijk  rechaza      radicalmente la  representación ilustrada del  hombre; o más bien  es  un     pensador  que critica dicha representación, pero  ve en ella   algunos      aspectos beneficiosos para la condición posmoderna  del  hombre  en la      era de la globalización; y si es así, cuales son esos   aspectos, y    por    qué?
AVR: Pese a todo en Crítica de la  razón cínica,     Sloterdijk   presenta un  discurso ético comprometido,  pero libre de  las    falacias y   espejismos del  humanismo  “edificante”, de la    antropología  filosófica   asentada sobre la   herencia de la  ilustración   y la creencia  en el   progreso. Lo que no   quiere decir  que no vea   algunos aspectos    beneficiosos en la   representación  ilustrada del   hombre. Como le decía,    Sloterdijk  tiende  abrir una  brecha entre los   apocalípticos y los    entusiastas  ilustrados  con  las nuevas   tecnologías. No obstante, rechaza    “la  Representación   Ilustrada del   Hombre”, y pretende mostrar una     representación del   “hombre” que no   se caracteriza por la complacencia     de reconocerse a  si  mismo como un   ser racionalmente ilustrado,  sino    como “ser  viviente que  aparece   como una deriva  biotecnológica” arrojada    a  las múltiples Esferas  que   determina la  original caverna desde  donde    emerge su forma de ser.    Obviamente,  para entender esto que   menciono   debemos vincular las   ideas  de  Crítica a la razón cínica y  la  idea   central de Esferas, el   opus   magnum de Peter Sloterdijk
MCJ:     ¿Puede referirse a lo   que  usted considera la idea central de    Esferas,   para luego volver    posteriormente a la idea del hombre que  se   desprende   de la    concepción de mundo e historia en Sloterdijk, y  de  esta  manera   hacer    un enlace entre la Critica y el pensamiento  de las  Esferas ?      ¿Desde  su perspectiva qué ensaya Peter  Sloterdijk en  Esferas?
AVR:      En su trilogía Esferas, Peter  Sloterdijk ensaya,  desde mi      perspectiva,  una teoría de la  intimidad, una ontogénesis del  espacio      interior, para  explicar su  concepción general del mundo y de  la      historia, y porque  no, de  la vida humana. Ahora bien, más allá de       profundizar en los   fundamentos filosóficos e históricos de una       concepción de mundo,   Sloterdijk profundiza sus tesis en torno a que el       problema  fundamental  de la filosofía no es precisamente el tiempo,      sino  el  espacio. Esto, a  pesar de que, paradójicamente, la   exposición     misma  de Esferas aparece  como temporal. No obstante lo   anterior, la     mayor  parte de Esferas es,  en mi opinión, una   reconstrucción de  la    tres etapas  espaciales, de  nuestra historia   como habitantes de  las    esferas.  Obviamente esto que  menciono es   parte de una teoría  mucho  más   compleja  que Sloterdijk  despliega en   una obra de tres  volúmenes  que   resultan muy  difíciles  resumir   pedagógicamente en  unas pocas  líneas, y   en poco  tiempo.
MCJ:    De modo para  Sloterdijk el  problema   fundamental no es el tiempo,    sino  el  espacio. ¿Y en esta  inquietud por   el espacio por qué trae a     colación  el motivo de las  esferas? ¿En que   sentido utiliza el    concepto  de  Esfera? ¿Y para qué?
AVR:  El   concepto de esfera    se ofrece para  recapitular el tránsito desde   el   pliegue o  clausura   de la que el ser  humano surge al estallido del     espacio  donde se  ve  psicológicamente  expuesto y vulnerable. Así      Sloterdijk transita  del  espacio más íntimo  al más extenso y  abarcante,     donde se  patentiza  un extraño impulso a lo  inmenso e  inquietante. La     teoría  de las  esferas es un instrumento   morfológico que permite      reconstruir el  éxodo del ser humano de la   simbiosis primitiva al     tráfico   histórico-universal en imperios y   sistemas globales como una      historia  coherente de extraversiones;  ella  reconstruye el fenómeno  de     la gran  cultura como la novela de  la  transferencia de esferas  desde    el  mínimo  íntimo, el de la  burbuja dual,  hasta el máximo  imperial,    que  había que  representar  como cosmos  monódico redondo.  Así, pues,   el   concepto de  esfera  aparece como  reemplazante del  concepto de   “mundo”   heideggeriano;   pero evidentemente,  sin ningún  rasgo   ontologizante  como  aquél que   atribuye Heidegger a su   concepto de   mundo.
MCJ: ¿Y cómo emerge la vida humana en las esferas?
AVR:        En Esferas, Sloterdijk comienza convocando los sentidos y el         entendimiento de lo cercano; aquello que la filosofía suele pasar por         alto: el espacio vivido y vivenciado. De modo que, la vida del   animal       humano aparece como resultado de las experiencias del   espacio       vivenciado. Para Sloterdijk, la experiencia del espacio   vivido siempre       es la experiencia primaria del existir. Siempre   vivimos en  espacios,   en    esferas, en atmosferas. Vivir es crear,   simultánea y    sucesivamente,    esferas. Desde la primera esfera   formada por la díada    “madre-hijo”  hasta   las grandes esferas que   representan los    Estados–nación, la vida  humana   comienza a llenarse   de tonos y    espacios sonoros que configuran  un   trasfondo de   sentido que funciona    como un cobijo donde comienza la    solidaridad   entre los animales    humanos, la relación con la madre, el    núcleo  de  la familia, los    grupos próximos y finalmente la cultura en la     que  se vive. Las    historias amorosas y las comunidades solidarias no   son    sino la    creación de espacios interiores para las emociones    escindidas.
MCJ:     Y pensando en una oposición respecto de la    “representación    Ilustrada   del Hombre”, ¿Podría dedicar unas  últimas   palabras para    indicarnos  cómo  emerge, específicamente, el  animal   humano en el   devenir  de las   esferas?
AVR: En mi  opinión,   Sloterdijk   desarrolla la teoría de   que el hombre ya  no  puede  construir  el todo a   partir de su posición  en  el mundo, de su    exigencia de  intimidad,   porque allá donde mire   encuentra la   extrañeza  absoluta e  inquietante   de las heladas cósmicas.  Y  por lo   mismo, el  “hombre” (con    minúscula) ya no se reconoce     complacientemente como una  ser original y     racionalmente ilustrado,     sino que emerge como una utopía     bio-ontológica que intenta – por   medio   de construcciones científicas,     ideológicas y religiosas –   recrear su   original caverna confortable y     protectora, las   microesferas íntimas,  de  las parejas no eróticas,   sino     ontológicas, los gemelos, la  relación  feto-placenta, individuo  y      colectividad, alma y Dios, y  también las  grandes esferas o  “úteros      fantásticos para masa  infantilizadas” que son  los imperios o  los      Estados-nación. Unas  estructuras políticas que se  comunican  como  los     paranoicos,  imponiendo la forma patológica del  monólogo:  el   paranoico    que habla  con el otro en su propia mente.

Dr. Adolfo Vásquez Rocca Universidad Católica de Valparaíso PUCV
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NOTAS
1.        Plasmada en más de un centenar de artículos catalogados e   indexados      en  los más importantes Directorios internacionales de    Publicaciones      Científicas: PHILOSOPHER`S INDEX, SciELO, CSIC    (España), REBIUN,  DOAJ e     ISI, entre otros.
2. Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado vinculado a la Universidad Complutense de Madrid.
3.        Premio Nacional de Ensayo 2005 en España y destacado comentarista  y        traductor de los pensadores franceses Gilles Deleuze y Michel      Foucault.
4.   Probablemente uno de los más importantes  filósofos     españoles en la    actualidad. Traductor al español de la      correspondencia de Adorno y    Benjamín, así como, en edición  crítica,     del Tractatus de Wittgenstein.
5. Revista Observaciones Filosóficas, ISSN 0718-3712, http://www.observacionesfilosoficas.net.
6.        Destaca su reciente publicación del Libro `Peter Sloterdijk;     Esferas,     helada cósmica y políticas de climatización`, Colección     Novatores,  Nº    28, Editorial de la Institució Alfons el Magnànim     IAM), Valencia,     España,  2008.

Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo

2010
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2011
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Vásquez Rocca, Adolfo, "El artista como dictador social o el político como escenógrafo", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre 2011, pp. 369-386
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http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca_2.pdf
ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
LIBROS

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,        Colección Novatores, Nº 28, Editorial  de la Institución Alfons  el       Magnànim (IAM), Valencia, España,  2008. 221 páginas |  I.S.B.N.:       978-84-7822-523-1
 
Libro:        Rorty: el Giro narrativo de la Ética o la Filosofía como género        literario [Compilación de Conferencias en México D.F.] Editorial   Hombre  y     Mundo (HyM), México, 2007 Publicación programada para   2009.
ENTREVISTAS
2010
"Filosofía como teoría erótica. Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca".        Entrevista en 'ALCANCES' Vol.I, Nº 1, año 2010 – Revista de     Filosofía  –   de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la     Universidad de  Chile. http://www.alcances.cl/ver-articulo.php?id=81

Adolfo Vásquez Rocca Conferencia Nietzsche
Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca
ENTREVISTA:
SOBRE UNA  ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA:
“La Filosofía como teoría erótica. Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca PH.D.".
 SOBRE UNA  ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA:
“La Filosofía como teoría erótica. Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca PhD".
<http://cultivoox.blogspot.com/search/label/V%C3%A1squez%20Rocca%20Adolfo>
 Entrevista a Adolfo Vásquez Rocca PH.D." - En 'ALCANCES' Vol.I, Nº 1, año 2010 – REVISTA DE FILOSOFÍA – de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNIVERSIDAD DE CHILE.
http://www.alcances.cl/ver-art
 Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Adolfo Vásquez Rocca
  Doctor en Filosofía
Datos personales
 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo
Doctor en Filosofía
Domicilio
Valparaiso, Chile
Adscripción Académica
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Tlf. (56) 32 - 233347X | E-mail: adolfovrocca@gmail.com
 
Trayectoría Académica
 
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D.
UNA ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA, FILÓSOFO CONTEMPORÁNEO: LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA
Adolfo Vásquez RoccaUNA ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA, FILÓSOFO CONTEMPORÁNEO: LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA
UNA ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA, FILÓSOFO CONTEMPORÁNEO: LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA
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Adolfo Vásquez Rocca
 


Adolfo Vásquez Rocca, Filósofo
ENTREVISTA:
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Adolfo Vásquez Rocca PH. D.
adolfovrocca@gmail.com
UNA ENTREVISTA A ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA, FILÓSOFO CONTEMPORÁNEO: LA FILOSOFÍA COMO TEORÍA ERÓTICA